El solar se encuentra en las afueras de la ciudad de buenos aires, dentro de un barrio privado típico de la periferia.

La casa, un arquetipo reconocible, un prisma de base cuadrada de lado 15metros que controla su escala en un entorno desorganizado.

El proyecto reconoce la problemática de los solares apareados, sus relaciones y privacidad, debido a la falta de límites precisos en estos espacios abiertos y continuos.

Este punto de partida definió una configuración espacial de relación interior - exterior, que en este caso se da mediante la alternancia de patios de pequeña escala dentro de un gran contenedor.

Este proyecto busca el fenómeno de la ausencia atreves de la sustracción, el sentido del vacio… este vacío es el centro, donde uno puede permanecer y habitar. El espacio buscado no tiene un sentido escultórico, si no arquitectónico, así la obra construye sus límites atreves de la manipulación de la materia y las masas construidas, donde no existe un interior y un exterior si no un campo que se genera entre ambos.

La organización espacial se presenta sin grandes jerarquías y prefigura un gran espacio continuo y sinuoso definido por la relación de llenos y vacíos que se dan dentro de esta composición, esta intermitancia identifica las escalas de los típicos usos domésticos.

El monomaterial que evidencia la obra permite afrontar lo esencial y evidenciar las cualidades más fundamentales del espacio, así el acabado fino y color blanco en todas sus superficies define y configura el espacio característico interno de la vivienda y para el exterior la gran caja abstracta se relaciona con un paisaje altamente artificial, propio de los emprendimientos de loteos de estas características.